Buenas prácticas

7. El proceso de evaluación

El proceso de evaluación constantemente lo ponemos en práctica tanto en nuestra vida personal como profesional, dado que implica realizar una valoración de un objeto o circunstancia, lo cual nos permite definir su relevancia en diversos aspectos.

En este mismo sentido, la evaluación se ha llevado a cabo en diferentes niveles y con diferentes propósitos en el ámbito educativo, no obstante, se centra en valorar las actividades derivadas del proceso educativo; es decir, aquellas por medio de las cuales los seres humanos se esfuerzan por intervenir en el desarrollo de otros, para orientarlos de según las direcciones estimadas como buenas dentro de ciertas formas y condiciones juzgadas como deseables.

En términos generales, la evaluación es un proceso que sirve para conocer el grado de eficiencia alcanzado en cualquier actividad, que permite la retroalimentación, o la mejora continua de cualquier proceso o actividad, es por ello que su práctica supone distintas formas de razonamiento y análisis fundamentado en criterios, indicadores, parámetros y otros referentes de valores comúnmente aceptados.

Es interesante observar como la evaluación es una de las fases del proceso de instrucción que menos cambios ha sufrido a lo largo de la historia, no obstante, de acuerdo con Barberà, E., (2016), es posible observar 3 aportaciones con el uso de la tecnología para dicho proceso:

En este sentido, “frente a modelos de evaluación preocupados en la recogida de la información en los que el alumnado es capaz de recordar de los contenidos que se le han presentado, y que sugieren una metodología transmisiva por parte del docente; en la actualidad se defienden nuevas modalidades de formación en los entornos virtuales, donde la actividad realizada es clave para la adquisición del conocimiento” (Cabero-Almenara, J., & Palacios-Rodríguez, A. 2021) y permite evaluar de forma diagnóstica, formativa y/o sumativa.

De manera general debemos tener presente que la evaluación está completamente ligada a la planeación, que su desarrollo integral permite obtener los resultados deseados y lograr el aprendizaje; que la evaluación no es sinónimo de calificar y que el proceso en entornos virtuales comparte los mismos momentos, formas y elementos de la evaluación en la presencialidad.

Para identificar las particularidades de la evaluación en entornos virtuales, observe el siguiente video:

Coordinación de Educación a Distancia UABCS (2020). Evaluación del aprendizaje en entornos virtuales.

Como se puede observar, las actividades propuestas cobran una gran importancia y el nivel de interacción con el estudiante en su evaluación, retroalimentación y seguimiento dependerá de la modalidad y el nivel de uso de la tecnología.