Buenas prácticas
Sitio: | Ubicua |
Curso: | 25-P Buenas prácticas para la docencia digital |
Libro: | Buenas prácticas |
Impreso por: | Invitado |
Fecha: | martes, 1 de julio de 2025, 06:38 |
1. Introducción
El término “buenas prácticas” se utiliza en muchos ámbitos, si bien su definición remite a una acción realizada de forma adecuada, considera diversos elementos para clasificarla como tal, más aún en la práctica docente.
En este apartado podrá identificar a qué nos referimos al usar ese término en general y relacionado con las prácticas docentes en específico; los aspectos que las caracterizan; los momentos en qué deben implementarse; las ventajas de desarrollar y documentarlas en el quehacer docente y los factores que favorecen su desarrollo.
2. Qué son las buenas prácticas
Para conocer qué son las buenas prácticas en general y las buenas prácticas aplicadas al campo educativo, específicamente a la docencia en espacios virtuales, observe la siguiente presentación.
Es interesante observar cómo aspectos que damos por hecho, como los momentos para el desarrollo de una acción formativa son también considerados los momentos de una buena práctica, para analizarlo a detalle, observe el siguiente video:
ADPT UBB (23 dic 2021). Buenas prácticas docentes.
Reflexione... ¿Usted qué actividades lleva a cabo en cada momento?
3. La planeación
La planeación didáctica, considera de manera general el qué hacer, cómo, para qué, con qué, quién, dónde y cuándo hacerlo. De manera más precisa prevé aquellas estrategias, recursos, materiales, actividades que se quieren llevar a la práctica para lograr los objetivos, habilidades, aprendizajes y competencias a desarrollar en los estudiantes, proporcionando al docente claridad en la secuencia de las acciones y seguridad en el desarrollo de su práctica, aun y cuando lo planeado no se lleve a cabo tal y como se pensó.
De acuerdo con Heinsen M., Maratos S. (2019), la planeación didáctica es el “proceso de organización de nuestra práctica educativa en el cual se articulan las competencias, los contenidos, las opciones metodológicas, las estrategias educativas, los textos, materiales y la evaluación para secuenciar las actividades a realizar”.
Dicha tarea implica “la organización de un conjunto de ideas y actividades que permiten desarrollar un proceso educativo con sentido, significado y continuidad” Ascencio Peralta, C., (2016). No obstante, hay diversas situaciones que ocurren en el espacio educativo que pueden no estar contempladas, que dependen del espacio de enseñanza-aprendizaje; de la interacción con y entre los estudiantes; de las habilidades tecnológicas de los estudiantes y el docente; de la institución; entre otras, por lo que la planeación debe ser flexible, permitiendo al docente adaptar lo planeado a las necesidades del contexto.
Esta actividad es considerada, en cualquier modalidad educativa, como una competencia fundamental de la labor docente y que, de acuerdo con García Cabrero, B., Loredo Enríquez, J., Luna Serrano, E., & Rueda Beltrán, M. (2016) debe cumplir con los siguientes indicadores de desempeño:
Por ello Domingo Perrupato, S. (2022) considera que el docente que planifica “elige entre diversos caminos, toma decisiones en relación con múltiples variables, teorías vigentes, objetivos, contenidos, metodologías, estrategias, actividades, recursos, evaluación, entre otras. Cada decisión esconde detrás una serie de posicionamientos, concepciones no solo epistemológicas, sino también didácticas. Detrás de cada elección hay una idea, consciente o inconsciente, de cómo el sujeto aprende y de cómo se debe enseñar”.
Para identificar las particularidades de la planeación revise la siguiente presentación:
3.1. Buenas prácticas de planeación
Pasos para realizar una planeación exitosa
Para realizar una planificación exitosa, se recomiendan los siguientes pasos (Heinsen M., Maratos S. 2019):
Por su parte Ruiz Bolívar, C., & Dávila, A. A. (2016) hace una propuesta de e buenas prácticas para el ejercicio de la docencia en un aula virtual y en esta etapa sugiere:
La planeación en sí es una buena práctica y hacerlo considerando sus características y elementos, lo es aún más.
4. Modelos de buenas prácticas digitales
El análisis de este tema va de la mano con los esfuerzos por una educación de calidad, concepto bastante amplio, por lo que se han generado algunos modelos para identificar, validar, documentar y difundir las buenas prácticas en la docencia, pensados para la modalidad presencial y adaptados a la educación virtual.
Antes de continuar realice el siguiente ejercicio para autoevaluar las estrategias para las buenas prácticas que lleva a cabo en su labor docente, es importante que considere que si bien el ejercicio le arrojará un resultado este no impacta en su evaluación, el contestar de manera más cercana a lo real le permitirá identificar áreas de mejora o bien reflexionar acerca de si es o no pertinente en su práctica dependiendo del contexto en donde se desempeña.
Para conocer el sustento de las estrategias valoradas, revise el texto Modelos de enseñanza sobre las buenas prácticas docentes en las aulas virtuales de Véliz Salazar, M. I., & Gutiérrez Marfileño, V. E. (2021), de la página 150 a 158.
5. Materiales y recursos digitales
Uno de los elementos fundamentales en los procesos de enseñanza y aprendizaje son los medios a través de los cuales docentes y estudiantes tienen acceso a los contenidos para lograr el aprendizaje y a través de los cuales establecen una comunicación. Los medios pueden ser visuales, auditivos y audiovisuales e integran a los materiales recursos educativos.
Los recursos didácticos o educativos son cualquier recurso que facilita al docente sus funciones, le ayuda a explicarse mejor para que los conocimientos lleguen de una forma más clara a los estudiantes. (Ministerio Educación, 2016). Dichos recursos sirven como mediadores para el desarrollo del aprendizaje y la interpretación del contenido a abordar, sin embargo, su creación no fue específicamente para ello.
Los materiales didácticos, por otra parte, son aquellos “objetos culturales, físicos o digitales elaborados para generar aprendizaje en una determinada situación educativa” Area Moreira, M. (2017, pág. 17).
Areas (1991), Expresa que los materiales didácticos auxilian la labor de instrucción y sirven para facilitar la comprensión de conceptos durante el proceso de enseñanza, presentando los temas o conceptos de una clase, de manera objetiva, clara y accesible, proporcionando al aprendiz medios variados de aprendizaje, estimulando el interés y la motivación del grupo, acercando a los participantes a la realidad y a darle significado a lo aprendido, permitiendo facilitar la comunicación, complementando las técnicas didácticas.
Para comprender mejor la diferencia y relación entre ambos observe el siguiente video:
Observatorio de Tecnología e Innovación Educativa. (2014). De los Recursos educativos a los Materiales educativos digitales.
La elección de los recursos y materiales es fundamental para favorecer la enseñanza y aprendizaje, así como para generar buenas prácticas e innovar en el proceso.
El material didáctico más usado a través del tiempo, para el aprendizaje, sin duda ha sido el libro y por ende los documentos de lectura relacionados con los contenidos a abordar, dichos materiales se han utilizado sin mayor dificultad en los entornos presenciales como en los virtuales, no obstante, el cambio de modalidad hace que la elaboración, selección y uso de dichos materiales, vaya más allá del cambio de soporte tecnológico.
Tal como lo refiere Area Moreira (2017, pág. 17) “lo relevante no solo es pasar del libro impreso al uso de herramientas y recursos digitales, debería de ser el reflejo o manifestación de una profunda mutación del paradigma pedagógico en la escuela, de nuevas prácticas organizativas y didácticas en el aula, del desarrollo de procesos de enseñanza innovadores dirigidos al aprendizaje activo y de la reconstrucción de la cultura escolar que den respuesta a las necesidades educativas de la sociedad digital”.
Seguramente hemos sido testigos de cómo la digitalización de la información ha transformado los materiales tangibles, asemejando en algunos casos su funcionalidad y creando nuevas posibilidades en otros casos. Por otra parte, este tipo de recursos digitales supone una nueva relación con el estudiantado, implica una nueva experiencia de aprendizaje basada en la interacción y está en la generación de conocimiento, no sólo en el consumo de información.
Antes de continuar, observe el siguiente video:
Aprendamos Juntos 2030 (2021). V. Completa. Cómo usar la tecnología para mejorar el aprendizaje. Óscar Martín Centeno
5.1. El papel de los materiales y recursos didácticos digitales en la docencia
En este contexto de cambio y de necesidad de innovación, el papel del docente no es la excepción, el modelo de profesionalidad docente se modifica ante la necesidad de desempeñarse en entornos presenciales con apoyo de la tecnología, mixtos o virtuales, creándose nuevas tareas, conocimientos y competencias.
En específico, en relación con los materiales didácticos digitales, las nuevas competencias docentes “implican la selección y reutilización de los recursos digitales; la creación y gestión de entornos y materiales didácticos online” (Area Moreira, M. 2017, pág. 22); la tutorización para el desarrollo de evidencias de aprendizaje; la valoración de evidencias de aprendizaje digitales.
En este sentido es importante considerar que los materiales didácticos virtuales cumplan con ciertos requerimientos y siga un proceso para su creación y desarrollo, a efecto de concretar buenas prácticas al respecto.
Para identificar dichos aspectos observe el siguiente video:
ULLaudiovisual-Universidad de la Laguna. (2019). Material didáctico digital.
Para finalizar, revise el siguiente documento, en el cual se presenta la evolución de los materiales en la educación y los aspectos que se deben considerar al integrar recursos didácticos digitales La metamorfosis digital del material didáctico tras el paréntesis Gutenberg.
6. La implementación
En el momento de la implementación se ven reflejadas las acciones realizas en la planeación y desarrollo o selección de materiales y recursos didácticos. También se aplican las habilidades necesarias para adaptar lo programado a la realidad del contexto, considerando las necesidades y características del alumnado.
De acuerdo con García Cabrero, B., Loredo Enríquez, J., Luna Serrano, E., y Rueda Beltrán, M. (2016), en dicho momento, al cual denominan conducción del proceso de aprendizaje, se aplican tres competencias y si bien ellos se refieren a la modalidad presencial, dichas competencias se pueden extrapolar a cualquier modalidad. Las competencias y sus indicadores son las siguientes:
En la implementación se llevan a cabo las estrategias de enseñanza y aprendizaje planeadas y la forma de llevarlas a cabo dependerá del contexto y del entorno virtual de aprendizaje.
El en caso de las modalidades con apoyo de las tecnologías es importante tener presente el entorno virtual para el aprendizaje (EVA) o de enseñanza aprendizaje (EVEA), ese “espacio virtual donde se brindan diferentes servicios y herramientas que permiten a los participantes la construcción de conocimiento, la cooperación, la interacción con otros, entre otras características, en el momento que necesiten.”, también se comparte la siguiente definición:
De acuerdo con Stojanovic Casas, L., (2008), las características de un EVA son:
- es un espacio social, un marco para el comportamiento interactivo,
- ofrece una representación explícita que más allá de que sea una interfaz textual o una compleja realidad virtual, ejerce un efecto en el comportamiento de los usuarios,
- permite que los alumnos sean productores de la información, proporcionando una experiencia más rica en el aprendizaje individual,
- no está restringido a la educación a distancia o virtual, puede complementar la educación presencial,
- integra múltiples herramientas.
La forma, nivel de incorporación de las tecnologías en el proceso y modalidad educativos definirá también los nuevos roles que debe llevar a cabo el docente en dicho EVA, encontrando:
- Curador de contenidos. Centrado en los procesos de selección, búsqueda, organización, distribución y compartición de los recursos de información de la red, en un nivel básico. En escenarios con mayor uso de tecnología e innovación, “el docente debería incorporar herramientas y estrategias de selección, filtrado y curación de la información, que ayuden a gestionar, organizar y compartir el contenido relevante, enriqueciendo el propio proceso de aprendizaje autónomo y a lo largo de toda la vida, propio y de sus alumnos.” (Salinas, J., de Benito, B., & Lizana, A. 2014)
- Tutor. Acompaña y motiva en el proceso para que se alcancen los objetivos individuales y grupales. Para conocer a detalle sus funciones revise la lectura "El rol del tutor en los entornos virtuales de aprendizaje".
En este contexto también es importante identificar que el desarrollo de la práctica docente debe fomentar un aprendizaje acorde a las necesidades actuales y futuras, aprendizajes que se “caracterizan, cada vez más, por una creciente porosidad que se presenta entre distintos escenarios y que puede observarse, por ejemplo, entre lo real y lo virtual, entre jugar y aprender, entre formarse e informarse, entre vivir, trabajar y aprender” (Salinas, J., de Benito, B., & Lizana, A. 2014).
- Continuo, asociado a una gestión personal del aprendizaje, disminuyendo la diferencia entre vivir, trabajar y aprender.
- Social, desde el momento que existe una organización colectiva y contributiva del aprendizaje, con valorización de los aportes y del apoyo entre pares.
6.1. Buenas prácticas en la implementación y sus indicadores
La implementación, es el primer momento en el cual se pueden evidenciar las buenas prácticas docentes, entre los indicadores de buenas prácticas podemos identificar García Martínez, Andrés, Guerrero Proenza, Rey Segundo, & Granados Romero, Jesús María. (2015):
- La significación de las actividades de aprendizaje para los estudiantes y su implicación en estas.
- El tratamiento de la diversidad de los estudiantes.
- La atención a las necesidades y resultados de aprendizaje individuales de los estudiantes.
- El trabajo colaborativo, para desarrollar proyectos; tomar posturas; posibilitar la discusión y construcción de saberes comunes.
- La interacción y el uso de las tecnologías para el aprendizaje.
- La disponibilidad y diversidad de materiales didácticos y recursos digitales. Equilibrio y combinación de recursos: informativos, para la comunicación (foros, mensajería interna tablones de noticias) y para el aprendizaje experiencial (actividades o tareas).
- La comunicación constante con el estudiante, no sólo que informe, sino que motive a su desarrollo en el EVA.
- El uso eficiente de los recursos disponibles en la web.
Por su parte Ruiz Bolívar, C., & Dávila, A. A. (2016) hace una propuesta de e buenas prácticas para el ejercicio de la docencia en un aula virtual y en esta etapa sugiere:
En palabras de...
Para finalizar lea el documento "Mejora el entorno educativo del alumno en el aula digital", para conocer diversas posibilidades de buenas prácticas en esta fase del proceso de formación.
7. El proceso de evaluación
El proceso de evaluación constantemente lo ponemos en práctica tanto en nuestra vida personal como profesional, dado que implica realizar una valoración de un objeto o circunstancia, lo cual nos permite definir su relevancia en diversos aspectos.
En este mismo sentido, la evaluación se ha llevado a cabo en diferentes niveles y con diferentes propósitos en el ámbito educativo, no obstante, se centra en valorar las actividades derivadas del proceso educativo; es decir, aquellas por medio de las cuales los seres humanos se esfuerzan por intervenir en el desarrollo de otros, para orientarlos de según las direcciones estimadas como buenas dentro de ciertas formas y condiciones juzgadas como deseables.
En términos generales, la evaluación es un proceso que sirve para conocer el grado de eficiencia alcanzado en cualquier actividad, que permite la retroalimentación, o la mejora continua de cualquier proceso o actividad, es por ello que su práctica supone distintas formas de razonamiento y análisis fundamentado en criterios, indicadores, parámetros y otros referentes de valores comúnmente aceptados.
Es interesante observar como la evaluación es una de las fases del proceso de instrucción que menos cambios ha sufrido a lo largo de la historia, no obstante, de acuerdo con Barberà, E., (2016), es posible observar 3 aportaciones con el uso de la tecnología para dicho proceso:
En este sentido, “frente a modelos de evaluación preocupados en la recogida de la información en los que el alumnado es capaz de recordar de los contenidos que se le han presentado, y que sugieren una metodología transmisiva por parte del docente; en la actualidad se defienden nuevas modalidades de formación en los entornos virtuales, donde la actividad realizada es clave para la adquisición del conocimiento” (Cabero-Almenara, J., & Palacios-Rodríguez, A. 2021) y permite evaluar de forma diagnóstica, formativa y/o sumativa.
De manera general debemos tener presente que la evaluación está completamente ligada a la planeación, que su desarrollo integral permite obtener los resultados deseados y lograr el aprendizaje; que la evaluación no es sinónimo de calificar y que el proceso en entornos virtuales comparte los mismos momentos, formas y elementos de la evaluación en la presencialidad.
Para identificar las particularidades de la evaluación en entornos virtuales, observe el siguiente video:
Coordinación de Educación a Distancia UABCS (2020). Evaluación del aprendizaje en entornos virtuales.
Como se puede observar, las actividades propuestas cobran una gran importancia y el nivel de interacción con el estudiante en su evaluación, retroalimentación y seguimiento dependerá de la modalidad y el nivel de uso de la tecnología.
7.1. Buenas prácticas de la evaluación en ambientes virtuales de aprendizaje
Algunas buenas prácticas de la evaluación en ambientes virtuales de aprendizaje pueden ser:
- Definir qué evaluamos. Dejarle claro a los y las estudiantes qué se va a evaluar.
- Favorecer que el aprendizaje a evaluar sea situado y transferible, es decir, que relacione la vida académica con la cotidianidad, que conecte el proceso de formación con la comunidad.
- Generar retos motivadores que generen interés en las y los estudiantes.
- Brindar de manera clara y detallada las indicaciones de las actividades y la forma de valorarlas. Es decir, establecer los criterios con los que se les evaluará.
- Establecer claramente los momentos en los que las y los estudiantes recibirán retroalimentación.
- Favorecer la autoevaluación y coevaluación.
- Integrar estrategias y herramientas de evaluación diversificadas: de asimilación de contenidos o procedimientos para su aplicación (cuestionarios de respuesta automatizada, listas de verificación, entre otros); de desarrollo de competencias y habilidades, a través de retos (resolución de problemas, elaboración de proyectos, entre otros); de motivación y compromiso (basadas en la gamificación).
A continuación, explora algunas estrategias para evaluar los aprendizajes en EVA:
Universidad EAFIT (2020). Diez ideas para evaluar en ambientes virtuales.
Por su parte Ruiz Bolívar, C., & Dávila, A. A. (2016) propone como buena práctica de la evaluación, el realizar el seguimiento tutorial con “sensibilidad humana”, centrándose en la importancia de la retroalimentación:
- Demostrar interés por el progreso académico de los estudiantes, enviándoles mensajes, bien en forma individual o colectiva, alentándolos a realizar todas las actividades formativas y sumativas propuestas.
- Evitar reproches o halagos en forma pública.
- Ofrecer realimentación sobre los resultados conseguidos por el alumno en las evaluaciones propuestas. Comentar el nivel de logro del alumno y animarlo a superar sus debilidades conceptuales o procedimentales si las tuviere. Reconocer también a la evaluación como una estrategia de aprendizaje, donde se aprende de los errores.
- Aumentar la motivación de los estudiantes con oportunas acciones de realimentación y contacto individual o colectivo, por vía pública o privada, minimizando posibles sentimientos de soledad y aislamiento.
- Monitorear la “asistencia” de los alumnos al aula virtual y enviar mensajes de preocupación y alerta para quienes en forma injustificada presentan ausencias prolongadas de cinco o más días.
- Responder las consultas que formulen los alumnos, en un plazo no mayor a 24 horas continuas, exceptuando días feriados y no laborables.
- Ofrecer soporte emocional al alumno. Considerar el uso del Diario (Recurso en Moodle), disponible para uso privado y así trasladar confianza al estudiante en sus capacidades y habilidades para organizarse con autodisciplina y responsabilidad.